
La mujer tiene un mayor porcentaje de grasa corporal que los hombres, esto es debido a miles de años de evolución. La naturaleza es sabia…esta mayor acumulación de grasa y en determinadas zonas esta asociada a la función reproductiva de la mujer.
Hasta ahí todo es normal, pero existen causas por las que la mujer puede experimentar un aumento excesivo de grasa o de peso, hoy vamos a ver cuales son estas causas y que podemos hacer para solucionarlo:
Menopausia
El cambio hormonal que se produce durante la menopausia favorece la ganancia de peso y las variaciones en la distribución de la grasa corporal, aparece grasa en zonas donde probablemente nunca habías tenido. Es habitual que una de esas zonas sea el abdomen.
Hay que tener en cuenta que una terapia hormonal no evitará esta ganancia de peso.
La única manera de combatirla es mediante la práctica de ejercicio físico, tanto en los años previos a la menopausia como durante ella.
Anticonceptivos orales
Algunas píldoras anticonceptivas pueden provocar un incremento en el peso, esto es debido principalmente a una mayor retención de líquidos, aunque también puede generar un incremento del apetito.
Incrementar la ingesta de alimentos con alta densidad nutricional puede ser una buena opción en el segundo de los casos. Las verduras son uno de estos alimentos.
Si la causa es la retención de líquidos más adelante te explico lo que puedes hacer.
Embarazo
Es normal que durante el embarazo se aumente de peso, esta ganancia de peso puede llegar a ser incluso de 20 kg.
Normalmente las mujeres que antes del embarazo tienen un peso bajo la ganancia de peso durante el embarazo es algo mayor que en aquellas mujeres que padecen sobrepeso.
Lo habitual tras el parto (depende de la ganancia que se haya tenido) es perder 5-6 kg tras dar a luz. Durante el año siguiente suele perderse el peso que se ha ganado además tras el parto es uno de los mejores momentos para perder grasa corporal mediante ejercicio, respetando siempre los plazos y poniendo especial foco en una correcta recuperación del suelo pélvico.

Malos hábitos alimenticios
Hacer dietas es una de las peores cosas que se puede hacer, una de las razones es el efecto rebote que estas producen, explicado de una forma simple es que debido al déficit calórico de la dieta, el organismo se vuelve “ahorrador” y cuando abandonas la dieta y vuelves a tus hábitos alimenticios habituales el cuerpo tiende a guardar ese exceso en forma de grasa ya que le has acostumbrado a un aporte calórico bajo y en cuanto le des un poquito de más, lo guardará ya que está en modo “ahorro”.
Evitar el consumo de ultraprocesados ya que suelen ser muy calóricos y poco saciantes. Intentar comer productos frescos, más frutas, verduras… Como se suele decir, “más mercado y menos supermercado.
Retención de líquidos
Normalmente en la retención de líquidos influyen varios factores, un elevado nivel de estrógenos (normalmente ocurre durante el ciclo menstrual), una alimentación con un aporte excesivo de sodio y el sedentarismo son los principales.
Pasar muchas horas sentado o de pie puede favorecer la retención de líquidos causado por un déficit en el retorno venoso. En este caso la retención de líquidos suele ocurrir en los miembros inferiores.
Otra causa puede ser el uso de algún fármaco como por ejemplo la cortisona, en estos casos la retención de líquidos suele localizarse en la parte superior del cuerpo.
Tomar algún diurético natural puede ayudar a reducir la retención de líquidos, pero debemos de aportar las suficientes sales minerales para que no exista un déficit, así que conviene no abusar de los diuréticos.
Lo mejor que puedes hacer es ejercicio físico. Entrenamiento cardiovascular sin impacto (natación, bici, remo…) combinado con entrenamiento de fuerza es el mejor medicamento.